Cambio climático y pérdida de biodiversidad.
Necesitamos urgentemente una unidad de cuenta global e interoperable para la biodiversidad, de modo que todas las partes interesadas puedan trabajar juntas para preservar la ecología de la Tierra.
En el siglo XXI, la Tierra está experimentando una pérdida de especies tan abrupta que ha sido denominada el 'sexto evento de extinción masiva' (2). En 2022, más de 196 naciones acordaron tomar medidas urgentes bajo el Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal (GBF), para conservar al menos el 30% de la superficie terrestre para 2030, centrándose en las ecorregiones de biodiversidad de alto riesgo para prevenir el colapso catastrófico de especies (3, 4). Sin embargo, sabemos por la ciencia de la gestión de proyectos y la historia de los megaproyectos que este esfuerzo solo puede tener éxito si acordamos cómo medir nuestro éxito (5, 6).
Los acuerdos sobre biodiversidad tanto se retrasan como se benefician de las lecciones aprendidas en los acuerdos sobre el carbono. Mientras que el clima se rastrea a través de los cambios en la temperatura promedio global, las emisiones de carbono se cuantifican en toneladas métricas de CO2. Hasta ahora, las acciones y el seguimiento de la biodiversidad han sufrido porque no existe una unidad acordada (7).
Hay una solución simple a este problema, pero la simplicidad depende de un cambio de perspectiva, de aplicar un enfoque multidisciplinario y de eliminar las diferencias ideológicas en favor de objetivos compartidos.
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